Arnold en 1984
Solo imaginando a Arnold Terminator en aquel libro
Es algún momento del año 1985, podía ser invierno,
pero la contaminación constante de una guerra permanente hacia poca diferencia
hiciera de una primavera, el quien fue una vez un intento de rebelde, caminaba
entre los restos de que fue un bombardeo día anterior con nadie siquiera
ocupando en delimitar el área como riesgosa:
´´ ¿En qué año estamos nuevamente? ¿Hace cuánto Oceanía pelea contra este último
enemigo? ´´- un hombre flácido con marcas visibles de sufrir un maltrato pese a
la relativa ropa nueva que vestía, comparado que la mayoría de las personas con
quien cruzaba tenía sus prendas apelotadas- ´´No importa, ahora siento un fugaz
sentimiento de arrepentimiento, mi último encuentro con Julia, el ultimo de mi
vida podría haber terminado con un segundo de goce´´
Tenía muchos recuerdos de esa persona que
repetidamente se volvían embazadas dando lugar a imagen de un roedor enorme a
rasguñar su fase, al volver en si se topa con un cartel grande de un bigotudo
con ojos muy feroces.
Anochecía, los miserables caminantes se
daban prisa para regresar de dónde venían, aquel hombre los entiende, pero
distinto de ellos no mostraba ningún apuro, un carro con la identificación de
ser lo que sería la policía se para pocos metros de él, quien no se inmuta, su
conductor que aún con su autoridad, también demuestran precariedad en su
vestimenta, el hombre más a la derecha sacude su mano para no incomodar al
flácido.
En vez de regresar a su casa, va a un bar
de mala fama donde con muebles que era incierto si se usaban se podrían romper,
el dueño tuerce un poco su rostro, pero lo deja pasar invitando una dosis de lo
que era un líquido muy denso, que él tomaba impasiblemente, la televisión, otro
equipo que por su antigüedad debería estar en un museo, daba un anuncio importante:
´´VICTORIA PARA OCEANIA, MEDIO MILLON DE
REHENES PARA NUESTRA GRAN NACIÓN´´
El hombre sintió exaltación elevando sus
manos resplandeciendo su rostro:
´´SINTIO MUCHO AMOR PORE EL GRAN HERMANO´´
Casi inmediatamente, ese goce es recubierto
con un disgusto que casi lo hace devolver, sale del lugar con un apuro, su
rostro constreñido verde por las ansias de vómito, fueron aliviándose a mostrar
una tenue alegría:
´´Un grano de mi Yo se mantiene´´
Las próximas Manzanas con agrietadas calles
tragadas por la oscuridad a punto que el tenue brillo de las alas de una
polilla se destacaba, el hombre tuvo pasos más cautelosos, aunque el reciente
apuro se desvaneció, faltaba subir una escalera que roñaba al toque, prestando
atención a un diminuto brillo en el piso.
Da un primer al escalón con el chillido de
la madera lo hizo parar, el brillito seguía, no había sido cuestión de Angulo,
retrocede y estirando su brazo como posible para evitar rebajarse frente a lo
que podría ser una amenaza.
Al sentir el objeto brillante entre su
palma, reconoce:
´´ ¿Es una especie de tuerca? ´´- al
voltearla, siente una emoción subiendo en su ser- ´´ ¿Será algo mágico? Siento
que puedo desear cualquier cosa´´
´´!¡VETE ADENTRO! ´´- una voz gruñida,
reconocía que era de una vecina anciana que cierra la ventana.
El hombre acede y como si fuera una
punición, uno de los escalones se rompe, tiene reflejo para evitar caerse,
adentro e sin cambiarse, se acuesta en su habitación mirando a una pared sin un
ladrillo que también creaba una tenue iluminación:
´´Ahí estuvo un cuaderno, que fue mi único
reducto de libertad, antes de tener a Julia que todo cayó como esperaba que un
día sucediera, fui roto a una profundidad que no distinguía ni los nombre, no
me queda esperanzas, mis momentos se están agotando y un deseo se los espera,
todavía, entre todos los traumas que tuve en insignificantes 40 años, un gramo
de rebeldía se me atesora, que alimenta
una pequeña chispa de venganza, si algo grande pasara aún después de todo,
podría tener otra emoción para vencer a mi resignación´´
Apretando la tuerca que tenía en sus
bolsillos:
´´Ahora mismo, el sueño me vence´´
Por las horas siguiente, fue un sueño
profundo, un regalo de la oscuridad a su pequeña existencia, como si fuera un
papel rasgándose, luces la atraviesan sacando al hombre de su inconcencia,
linternas de rifles simulan un pelotón:
´´Vístete señor…´´- unos tipos con ropas
pesadas de asalto, sus cascos dan la impresión que sustituían sus cabezas.
´´Pero ¿Para qué? ´´
´´Usted sabe para qué…´´
´´Es verdad, mis reflexiones ya lo
adelantaban, siendo así ¿caso necesito cumplir esta última orden? ´´- aquel
resquicio de resistencia lo motiva- ´´Estoy bien así´´
´´Si es lo quieres´´
Es arrastrado por cinco sujetos, el ruido
despertó a sus vecinos quienes solo se arriesgan a mirar por agujeros como un
vidrio roto donde solo asoma parte de su frente.
Es colocado en una furgoneta oscura, quedando
en un silencio, tratando no existir en el viaje, sin necesidad de ver el
camino, el hombre predicia donde lo llevan:
´´Si voltea a la derecha, será al
Ministerio de La Verdad, a la izquierda el de la Justicia´´- cuando siente la
dirección del vehículo- ´´Sera en mi antiguo trabajo´´
Lo empujan hacia adentro a un edificio
enorme, pero a si mismo muy desgastado, pasan por un guardia que con su ropa
impecable quería esconder su edad, baja la ola de su gorra:
´´Lo siento mucho…coffs…´´- lo levanta de
nuevo para posar firme.
El hombre sabe fue dirigido a él, todas las
puertas de cubículos se diluían una vez su caminata descendiendo a un centro
oscuro, repentinamente un brillo lo ciega aún más, al recobrarla se halla a un
largo paseadillo blanco con una silla con amarres, su guardia parece le dan una
oportunidad de mirar por encima de ellos encontrando fugazmente un hombre con
un rifle, fumando inveteradamente para él propio esconderse en su humo.
Lo sientan, lo atan, ajustan su cabeza
quedando en un ángulo facilitador a la puntería del sujeto arriba:
´´ ¿Será la bala con que tanto he soñado?
´´- cierra sus ojos, sintiendo aquella
protuberancia de la tuerca en su bolsillo- ´´Si mi ida valiera algo, la ofrezco
a cambio que pudiera hacer un cambio´´
Con el ruido que solo uno en sus últimos
podría escuchar, su cabeza cuelga hacia atrás, un orificio limpio en su tez, el
proyectil reboto al piso.
Los guardias dan las espaldas dando espacio
a los limpiadores, con las rueditas de sus baldes sonando en el profundo
silencio, desconocían que dentro del bolsillo aquella tuerca brilla,
extendiéndose a dos veces su tamaño comenzando a girar.
Un limpiador se percata y empuja a su
colega unos momentos antes que largos rayos pequeños se extiendan en toda el
área, el francotirador se esconde en su cajuela, esas descargas van juntándose
como si dibujaran de abajo hacia arriba un cuerpo súper alto, robusto, al
detallar sus facciones revela un hombre mayor, de cabeza muy cuadrangular de
una vistosa barbilla blanca.
´´ Esto es, un lugar muy diferente´´-de una
voz gruesa, alcanza a ver toda el área donde se ubica, piscando por la forma
del tirador en una altura superior, sus dientes se resaltan al sujetar su
nerviosismo
Revisa su rifle, sin munición quedando pálido,
algo de alivio al ver los dos guardias de antes corriendo a verificar la
situación, la presencia de aquel sujeto con casi dos metros de altura los desconcierta,
los ojos un tanto más pequeños del quien llego daba una impresión de una
estatua, que, sumados a sus pasos con mucho peso, les provoca varios espasmos
de miedo.
El experimentado del dúo, levanta su puntería
y es en ese instante, el grandulón corre contra ellos con una velocidad inédita
para ellos, tanto que su disparo alcanza el fondo del paseadillo antes de
recibir un puñetazo en la cara que lo deja nocalte, antes de caer el recién llegado
agarra su hierro.
El otro, estirando su cara como si fuera un
pequeñín, al gesto de un avance de la cara del grandulón, echa su arma y corre
de ahí.
El barbudo revisa a la persona al fondo,
encuentra un disquillo, su billetera con algunos billetes, lo más importante
era su identidad:
´´Winston ¿mh? Yo soy Arnold, parece que
has encontrado uno de nuestros artefactos, lamento llegar tarde´´
Posa su mano sobre el hombro del difunto.

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